No es normal que en un divorcio el hijo no quiera estar con alguno de sus progenitores. En cada caso existirá un motivo y habrá que analizarlo detalladamente para buscar el origen y las alternativas y soluciones.
Hay que ponerse también en el lugar de los hijos de padres divorciados pues puede no ser nada fácil ser niño y que sus padres se divorcien. Puede ser especialmente complicado si el niño es PAS (persona altamente sensible) o si el divorcio es especialmente traumático para él.
Los motivos por los que un hijo no quiere estar con su padre o su madre
Los motivos más frecuentes son:
La alienación parental del otro progenitor.
- Problemas de infancia del propio niño.
- Culpabilidad o reproche hacía el padre o madre que entiende que ha roto la relación.
- No aceptación de la ruptura.
¿Se puede superar una alienación parental?
Puede ser muy interesante preguntarse como revertir el síndrome de alienación parental. No es algo sencillo pero ante una alienación parental hay que dedicar tiempo y esfuerzo en darle la vuelta a la tortilla y tratar de convertir en bueno las influencias negativas.
Si no se corta la influencia negativa del otro progenitor o del entorno es muy complicado hacer el contrapeso suficiente como para superar la alienación parental y recuperar una buena relación con el niño. Es frecuente que cuando más se intenta superar la alienación, más presión y tensión aplica el cónyuge o entornos que está provocando la alienación.
En estos casos lo conveniente será acudir a terapia psicológica para que sea el profesional el que nos de las pautas. Un escollo inicial puede ser prestar el consentimiento con dicho tratamiento psicológico. Existe un procedimiento habilitado para solicitarlo judicialmente.

Qué puedo hacer para mejorar la relación con mi hijo
No hay secretos generales aplicables a todos los casos, pues cada niño tendrá una personalidad y reaccionará de manera diferente a cada situación. Al final, aplicando el sentido común, lo que suele funcionar es:
- No forzar al niño.
- Tratar con cariño y afecto.
- Mostrarle apoyo.
- Interesare por sus aficiones, por sus cosas del día a día y por cómo se siente.
- No entrar en confrontaciones que le hagan sentir peor.
Tener paciencia, no hay que conseguir un cambio rápido, sino que se pueda mantener en el tiempo.